Es dura una época en la que las particularidades más absurdas que lamentablemente forman parte de nuestra identidad como mexicanos, se tornan exuberantes, grotescas, sangrientas. La transa, la corrupción, la impunidad, la violencia, tan celebradas y que tan orgullosos pudieran habernos tenido en algún tiempo, ahora han alcanzado las fibras profundas de nuestro miedo, y no es para menos. El Poder, esa fuerza que impulsa a los corazones humanos a emprender sus acciones más abominables, ejecuta ahora en nuestro país una danza macabra en la que todos corremos peligro. Se puede saber quién, cómo, dónde, cuánto; a qué célula, cártel, empresa, o dependencia del gobierno pertenece; se sabe también cómo la esquivan, cómo la libran, cómo, pese a todo, sigue la mata dando; se pueden saber todas las causas del mal, pero lamentablemente la infección ya es muy fuerte, y al parecer somos uno de esos enfermos que se niegan a cualquier tipo de tratamiento, simplemente sintiéndose muy machos.
Así, el Teatro, esa otra fuerza motora del corazón humano, viene a ser una ventana a un aire con posibilidades nuevas, un remedio para la ceguera que nos agobia. Y más cuando el artista emprende su obra impulsado primordialmente por esa impostergable necesidad de entender. No habrá límites para la imaginación de este artista, ni frustración ante la falta de apoyos y promociones oficiales -desinteresadas en la mayoría de los casos de indagar mucho en eso de nuestra identidad- aprovechará cualquier pequeño resquicio por el cual su voz pueda ser escuchada, y desde esa trinchera intentará transformarlo todo.
Hoy, en este pequeño resquicio, un clown, esa especie de anti-héroe solitario, triste a la vez que glorioso, se da a la tarea de enfrentarse, con el arma del humor, a las mitologías más oscuras de nuestro país, escarbando en sus personajes y sus obsesiones, sus caprichos, sus inacabables traiciones, descubriendo algunos de los hilos que se enmarañan en esta torcida Patria nuestra, tratando de encontrar a través de sus nudos el rumbo por el que ha de continuar su camino. Ojalá que la risa nos sacuda del letargo y que nos sirva este espejo para reflejarnos hacia atrás y ver un más claro mañana.

Miguel Ángel Canto

jueves, 15 de julio de 2010

Refrenda éxito teatral

Refrenda éxito teatral

Refrenda éxito teatral
lunes, 31 de mayo de 2010 - El actor sonorense Paulo Sergio Galindo fue muy aplaudido con su monólogo "Patria que nace torcida"


Con un gran dominio escénico, el joven actor sonorense Paulo Sergio Galindo se ganó el reconocimiento del público asistente a la última función de la Muestra Nacional de Teatro “De península a península”, que se realizó en el marco de Fiestas del Pitic 2010.

La sátira "Patria que nace torcida", bajo la dirección, producción, guión y actuación del propio Paulo Sergio Galindo, resultó una de las mejores montajes que se presentaron en este festival teatral.

Con una madera de experimentado actor, el joven artistas presentó su monólogo con gran derroche de talento, llevando de la mano al público hasta situaciones históricas, chuscas, sarcásticas e ironizadas, desde la época de la conquista de México por los españoles hasta nuestros días actuales.

Irrumpió en el escenario con cierto desenfado y transportó a los presentes por pasajes y soliloquios personificando desde una charla con Hernán Cortés y Moctezuma, pero igual con Antonio López de Santa Anna, quien cual fantasma reclama la incomprensión de los mexicanos al ser tachado como un traidor de su patria.

Como escenografía se recreó con gran ingenio: Un nopal que fomenta el reciclaje, con varios envases de plástico en color verde y como caballo un simple trapeador, sin faltar lo que se supone es una maltratada bandera mexicana, que en lugar de águila presenta enorme agujero.

En su guión, Paulo Sergio hizo énfasis que los mexicanos se quejan de todo. Y pregunta de manera jocosa al público: ¿Por qué se cantan las mañanitas en la noche? ¿Por qué en México hay enchiladas suizas? ¿por qué hay chinas poblanas? y ello, causa la hilaridad una tras otra.

Y dentro de esa interacción actor-público vienen más preguntas que dibuja la a veces falta de cultura y que a la vez es la crítica del actor: ¿Qué brazo le mutilaron al general Álvaro Obregón?, ¿el derecho o el izquierdo?, ¿qué era lo que estaba comiendo el general cuando lo asesinó León Toral?

Escrito por : Comunicación Social